“El tiempo en la Mixteca parece detenerse, pero la pobreza jamás” Jaime “S”
"van a la toma del palacio y a quemar unos camiones y chance hasta un edificio que ya les diremos cual"
MTI/Javier Alvarez Santiago.04/09/07
Un hombre con 32 años de edad, graduado en una de las universidades del sistema de universidades de Oaxaca, egresó con la soberbia que les imbuyen a los jóvenes que llegan a estudiar. A cualquiera de los concursos que concurren, les hacen creer que son muy destacados y hasta los llaman mundiales, cuando salen de la escuela les es difícil encontrar un empleo bien remunerado; pero así es el método para engatusarnos. Afirma.
La mañana del domingo 27 de agosto, recibo una llamada de un hombre llamado Angel “N” para decirme que los reportajes que hice de él y de su amigo, compañero y camarada, Pablo “Z”, fueron leídos por dos catedráticos ingleses que participan de un organismo internacional que estudia la manera de impulsar una corriente de pensamiento para revertir el fenómeno de la pobreza en la región. Me pide asista a la región lo antes posible. Le comento que nos podemos reunir el miércoles 29 ó jueves 30, me indica que espere su llamado por la tarde del miércoles.
Después de esperar hasta casi la media noche, me conmina a que viaje a Tlaxiaco, para encontrarme con un camarada frente al palacio municipal a medio día. Me pide identifique como voy vestido. Llego a Tlaxiaco al mediodía. Me siento casi frente al palacio municipal, transcurre una, dos horas, no se divisa a ninguno que pudiera ser camarada de lucha de estos hombres enclavados en la sierra mixteca. Decido caminar por algunas calles, entro a la iglesia, marcho por el centro, casi para entrar al restaurante El Patio; siento una mirada penetrante que me hace voltear. Un hombre de tez morena tostada por el sol, con arrugas, lleno de polvo observa con fijeza mi andar. Me hace una seña que lo siga. Camina de prisa, de repente se mete por una puerta que cruza un enorme patio, la casa parece abandonada, sale a otra calle y el hombre camina más de prisa hasta llegar a una construcción a medio hacer, voltea y me pide lo siga. Ya dentro de la construcción me dice que a las cinco de la tarde debo encontrarme en la entrada de San Pedro y San Pablo Teposcolula, que ahí va estar la persona que espero.
A las cinco en la entrada del hermoso Teposcolula. Espero como siempre, como las dos ocasiones anteriores. Pienso si la lucha de ellos no es estéril, cuando me saca de mis ensueños una voz que por lo bajo dice: no voltee. Vaya a la terminal del Sur y ahí espere. Camino, la ruta es muy corta, antes de llegar a la terminal, un joven en bicicleta me dice, está en el restaurante de lado izquierdo.
Lo reconozco. Es el mismo hombre de Tlaxiaco. Me espera en una mesa, toma limonada y me expresa gratitud por mi interés en su lucha. Me dice que es otro perseguido del gobierno por la lucha que libran desde las ideas, desde los salones de educación superior y que han amenazado a su familia pero que él seguirá en la batalla. Expresa preocupación por lo que sucede en la Normal de Tamazulapan. Le pregunto sí es verdad el adoctrinamiento socialista. Responde: Si, claro que si. Muchos dizque de izquierda, perredistas se han incrustado en las normales, universidades y tecnológicos porque tragan gracias al subsidio que les da el gobierno y dicen luchar por lo pobres, pero no son más que unos hijos de la chingada que solamente estiran la mano para cobrar y hacer tranzas con los alumnos.
Jaime “S” conoce las matemáticas, el algebra y temas de mecánica, cuando egresó le ofrecieron empleo en la capital Oaxaca, ahí conoció a dos compas de la APPO, le pintaron un panorama muy bonito y creyó en la lucha. Cuando percibió los enjuagues de los Sosa y sus compinches, protestó junto con otros veinte o treinta compañeros. Entonces vino la jugada de Ulises. Dice.
Me llamo un cabrón que le dicen “el seco” y me dijo: mira hijo de la chingada déjense, tu y los otros pendejos de jugarle a los vivos. Agarra el primer camión que salga para Huajuapan y se van a la toma del palacio y a quemar unos camiones y chance hasta un edificio que ya les diremos cual. Le dije que yo quería quedarme en el comité de la capital y que yo era de los que iban a ir a México. Entonces me dijo: que México ni que la chingada, a ti y a los otros cabrones ya no los quiere ver Flavio. Jálate y has lo que te digo, allá te espera una de las compañeras. Se dio la vuelta y al salir de la casa donde nos reuníamos se subió a una camioneta pick up del Gobierno del Estado.
Viaje a Huajuapan. Llegué cerca del palacio municipal y ahí conocí a una compañera, a la que le llamaré “gladiola” ella estudió en un tecnológico y se unió a la lucha porque creyó como nosotros que el gobierno iba a caer y que las condiciones de vida de los pueblos empezarían a cambiar. Me dijo que si yo iba a llevar a cabo la quema, le respondí que no, entonces me jaló y me dijo: apúrate, vamonos de aquí.
Llegamos a Tamazulapan esa misma tarde. La mujer de Dario, nos ofreció comida y alojamiento. A la media noche, llegaron cuatro camionetas buscando a “gladiola” y a otras mujeres y hombres. La mujer de Dario se fajo pero no pudo hacer nada, la aventaron y entraron a la fuerza a la casa. “gladiola” saltó y se escondió cerca del balneario y Yo me metí bajo el puentecillo de una atarjea. Oí cuando se largaron. Desde esa noche empezó la persecución de “gladíola”, la de decenas de compañeros que aún se esconden y la mía.
Un tiempo después regrese de Oaxaca a Huajuapan, entre a comer al mercado, cuando divisé a un compañero de los Flavios manejando un taxi. Me acerque a saludarlo, casi no me hizo caso, se subió a su taxi y se fue, pero a mi me dio un mal presentimiento. Ya no me quede a comer en el mercado, me fui a la casa de los papás de un compa con el que estudié. Al papá de ese compa le platiqué lo sucedido, entonces el salió y fue a rondar por el mercado. Volvió muchas horas después para decirme: Jaime vete. Un comandante de la Policía Estatal estuvo preguntando en los puestos de comida si habían visto a una persona con tu descripción. Ese día me fui a un cuarto en La Junta. Ahí estuve cerca de dos meses, no podía trabajar, el papá de mi compa me ayudaba con la comida y a veces en la noche me iba a su casa. Para mí el tiempo ya no contaba. El tiempo en la Mixteca parece detenerse, pero la pobreza jamás
A principios de mayo de este año, Angel me platicó de ti. Nos vimos en el DF. Me dijo que lo entrevistaste y que el reportaje lo leyeron en Inglaterra y que eso animó a dos profesores a meterle lana al proyecto de las ideas, nada de armas, nada de chingaderas de violencia. Me dijo que te contactaría y que te platicara por qué sigo siendo perseguido.
Después de dejar el restaurante, caminamos hasta una casa. Desde ese promontorio observo una camioneta gris pick up, Jaime la señala y dice: Esa camioneta es de un Comandante de la Policiía Estatal. Creo que nos andan pisando los talones. A lo que le digo. Para el gobierno sería fácil detenerlos. Han mandado brigadas dizque ayudar a la gente en la Mixteca, para capturarnos, pero se la han pellizcado. Sabes somos como 30 cabecillas que ya empezamos a cambiar las ideas de muchos muchachos y muchachas. A pesar de que el PRI ganó las elecciones para diputados, la gente no votó como una manera de repudiar al gobierno y a los partidos. El fraude de Ulises funcionó.
Me escondo todavía porque nos buscan día y noche. La mujer de Dario ya se fue del pueblo, la acosaron tanto que la enfermaron. “gladiola” ya nos mira desde el cielo. Una noche desapareció y a los días la reportaron como accidentada. Su familia vino por ella, ningún compañero estuvo ahí, alrededor del ministerio había una jauría de policías al acecho. Angel y Pablo siguen a salto de mata. Yo y otros cinco compas más también. No puedo tener un trabajo fijo, por eso me encontraste como albañil. Sabes. Te pido te quedes un rato aquí. Me voy ir en un carro que va a pasar allá abajo a las diez de la noche. Te pido por favor que publiques esta entrevista dentro de unos cinco o seis días. Mi nombre es Jaime y mi inicial es “S” me voy a otro lado, porque aquí hay policía y no quiero comprometer a la gente de esta casa. El muchacho aquel es compañero, pero apenas le esta entrando al mundo de las ideas. Al voltear observe al joven de la bicicleta que me indico donde me esperaba este hombre que sigue su lucha.
Los faros de un vehículo me indicaban que bajaba de la carretera de Tlaxiaco a Teposcolula, se detuvo y prosiguió su marcha. Caminé, me detuve a tomar un café, cuando ingresé al restaurante ahí estaba un hombre de la policía estatal con su esposa y un bebé.
Jaime “S” está en algún lugar de México. Tal vez en Ciudad Netzahualcoyotl, Ecatepec, Puebla, Oaxaca, Chiapas, Tlaxiaco, Guadalajara, etc. Donde quiera que esté su único pecado es no haber aceptado quemar un edificio y dos casas de Huajuapan y ser profesionista que busca cultivar una nueva mentalidad entre los jóvenes.