lunes, 6 de diciembre de 2010

La Rebelión en la Granja, la granja oaxaqueña

Oaxaca de Juárez, 6 de diciembre.- La Rebelión en la Granja (Animal Farm), es una novela satírica que escribió durante la segunda guerra mundial y publicó el 17 de agosto de 1945, George Orwell como una crítica muy fuerte a la revolución rusa de Lenin y Stalin que derrocó al Zarismo solo para convertirse en un régimen mucho más brutal que el derrocado.
En la novela –que después fue llevada a la pantalla grande- un grupo de animales expulsan a los humanos y crean un régimen de gobierno propio que acaba por convertirse en una tiranía absoluta.
George Orwell, socialista democrático, miembro del Partido Laborista Independiente, fue crítico de Lósif Stalin, por lo que la novela constituye una denuncia de la corrupción del socialismo soviético en tiempos de Stalin.
El argumento habla de los animales de la granja Manor que, alentados un día por el “cerdo Mayor”, llevan al cabo una revolución en la que consiguen expulsar al señor Jones y de esa manera crean sus propias reglas:
  • Todo lo que camina sobre dos pies, es enemigo
  • Todo lo que camina sobre cuatro patas o tenga alas, es amigo
  • Ningún animal, usará ropa
  • Ningún animal, dormirá en una cama
  • Ningún animal, beberá alcohol
  • Ningún animal, matará a otro animal
  • TODOS LOS ANIMALES, SON IGUALES

Al principio, todo marcha bien, la granja es más productiva que cuando Jones la administraba, pero con el paso del tiempo, Napoleón, el cerdo líder, tiraniza el poder y adopta para sí, costumbres del señor Jones, al grado de “reformar” a su conveniencia, los siete mandamientos.
  • Ningún animal, dormirá  en una cama con sábanas
  • Ningún animal, beberá alcohol en exceso
  • Ningún animal, matará a otro animal, sin motivo

Al final, el único mandamiento que le da sentido al socialismo, es abolido por el líder y queda: “Todos los animales son iguales, pero unos animales son más iguales que otros”.
Traigo a colación la novela de George Orwell, porque en Oaxaca está pasando lo mismo. Los de la granja oaxaqueña, se juntaron para expulsar a “Jones Ruiz” y lo lograron, porque el motivo era ese exactamente, derrocarlo para llegar al poder, igual que los cerdos y los demás animales en la novela.
Entonces vemos a un conglomerado de ideologías políticas que ya no tienen ningún sentido, tratando de gobernar una granja donde hay gallinas, perros, caballos, burros, patos, chivos, borregos, bueyes, vacas y cerdos.
Un nuevo régimen político en la democracia a la Oaxaqueña donde Gabino dice que habrá  austeridad y luego se retracta en los hechos para decir que va a fabricar una pista de patinaje en hielo, en un gasto improductivo para el estado pero que ante el vulgo, la maza, el lumpen, lo erige como un patriarca, un “Napoleón”, en el caso de la novela de Orwell.
Muratistas, Diodoristas, Ulicistas, perredistas, panistas, petistas, convergentes, priístas, catedráticos, iniciativa privada, todos están incluidos en esta granja oaxaqueña donde las reglas están cambiando, pero el acuerdo no llega por ningún lado.
Por eso vemos el recibimiento que el mismo pueblo le hace a Gabino a solo seis días de haber tomado protesta como gobernador. Un plantón en el zócalo que no tiene para cuando acabar y que va a empañar las relaciones entre Gabino y los gachupines dueños del primer cuadro de la ciudad.
Un muerto en Constancia del Rosario, líder del Movimiento Unificador de Lucha Triqui que entrampa las negociaciones de paz para San Juan Copala. Un secuestrado que implica un mensaje de la delincuencia organizada para los nuevos mandos en Seguridad Pública y muestra la inoperancia del Estado.
Y por si fuera poco, un rechazo rotundo a la terna del Gobernador para la Procuraduría de Justicia del Estado que está en estos momentos acéfala. NO cabe duda que empezamos mal, sobre todo porque nos estamos dando cuenta, que ante del cuatro de julio, “todos los animales eran iguales”, hoy “unos son más iguales que otros”.